Hace dos semanas y media llevaba a cabo mi entrenamiento de bici, una etapa sin complicaciones, pero con un único problemilla, la lluvia. Debido a la lluvia, estuve todo el entrenamiento intentado huir de las nubes. Disfrutaba un montón, iba muy a gusto y con buenas sensaciones, a mi pulso y con mucha cadencia. Hice 103 kilómetros, casi todo el tiempo acoplado. A diez kilometros para llegar a casa, comenzó a chispear y lloverme, cuando llegué a Armilla pensé que este día estaba salvado y de la forma más tonta me resvalé con las vías del metro y me caí. Me dolía mucho el brazo, pensé que era del golpe y que no era nada. Resulta que tengo una tendinitis y una pequeña fisura.
Debido a esta caída tonta llevo parado todo estos días. Estoy empezando a entrenar muy flojito la carrera a pie y el rodillo, porque en la bici tengo grandes dolores y no tengo fuerza en el brazo. De nadar ni hablamos, espero poder empezar pronto. Esta lesión ha trastocado un poco mi pretemporada, Jesús y yo teníamos pensado hacer unas semanas de gimnasio y trabajar un poco las pesas, la técnica en natación...
En estas semanas que la temporada de triatlon ha terminado ibamos a competir en carreras a pie, como la Media de Motril y Granada, para hacer un fuerte entreno de la carrera a pie. Más adelante tengo la cita de la Maratón de Málaga, pero todavía está en el aire y no sé si iré debido al parón de 3 semanas que acumulo. No pasa nada, todo estos son entrenamientos para mi gran objetivo que es en primavera, los triatlones. De todos modos en febrero tengo la Maraton de Sevilla, donde tengo puesta mucha ilusión y espero mejorar el tiempo del año pasado.
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