Super-Abuelo Brown, su carta de presentación es sobresaliente e infinita. Doce veces ganador del Ironman de Nueva Zelanda y 20 pódiums en este Ironman, segundo en Kona en dos ocasiones y tercero en Kona en otras dos, ganador del Ironman Frankfurt European Championship e innumerables victorias más y pódiums. Este pasado fin de semana, Brown volvió a rendir a un magnífico nivel tras 20 años donde en las 20 ocasiones estuvo en el pódium, el pasado año 2019 tuvo su primer DNF en este Ironman. Por lo que Brown llegaba a esta nueva cita con una motivación máxima donde de nuevo rindió a un alto nivel. Aunque no estuvo al 100%, ya que los meses anteriores estuvo lesionado y estuvo dos meses sin poder entrenar la carrera a pie.
Una sexta posición no está nada mal para un Pro de 47 años, pero si hablamos de Brown, todo lo que no sea ganar o pódium le sabe a poco. Aunque si somos justos las lesiones seguramente le han dejado fuera del pódium. Joe Skipper no podía luchar contra el neozelandés hace unos años, pero lo cierto es que Skipper cada año va a más, y Brown por muy ídolo que sea, la edad no perdona. A pesar de todo creo que todavía tiene un par de años de buen nivel, como él se ha marcado como objetivo, Pro hasta los 50 años.
Supo defenderse durante toda la prueba, a pesar de no estar al máximo nivel. Los 3.800 metros de natación salió con el segundo grupo de favoritos entre los que se encontraban Skipper y Koutny entre otros. Los 180 kilómetros, los mantuvo y controló como pudo sin cebarse, marcó un parcial bike de 4:25:07 por los 4:13:03 de Skipper, el cual marcó el mejor parcial bike, por lo que Brown llegó a la T2 con 8 minutos perdidos sobre grandes rivales. A pie, su fuerte, pudo remontar y marcar un último sector de 2:51:16. Seguramente llegando en su estado normal podría haberse metido en el pódium. Al final marcó una sexta posición con un tiempo total de 8:14:36. Seguramente lo veremos muy pronto compitiendo en territorio Asiático en otro Ironman. Y el año que viene vendrá de nuevo al Ironman de Nueva Zelanda, donde Cameron Bronw es una auténtica leyenda.