domingo, 23 de agosto de 2020

TRIBUTO: NINA KRAFT NOS ABANDONA A LOS 51 AÑOS.


Esta semana nos enterábamos por medios especializados de triatlón alemanes de la muerte de Nina Kraft, una de las grandes Pros Ironman de principio de este siglo, cuyas grandes victorias Ironman, así como sus grandes actuaciones en Kona, nos cautivaron. Pero tristemente no todo en la vida de esta Super-Pro fue fácil y bonito. Dopaje, depresión, soledad y castigo popular de la gente le hicieron desconectarse del mundo, aunque supo salir del lado más oscuro y volver a la alta competición, encontrándose de nuevo con la victoria en la Franquicia Ironman.



 

Nina  nació en 1968 en Brunswick, Alemania. Desde muy temprana edad compitió en la natación, logrando importante éxitos, eso le hizo dejar el instituto a la temprana edad de 15 años. En su  mente solo había deporte. Viendo que no lograba los resultados que ella quería en esta disciplina, decidió dar el salto al triatlón. Aunque poseía muchas carencias, gracias a su constancia y mucho trabajo fue logrando grandes mejoras. En 1999, Kraft logró compitiendo en grupo de edad en la Challenge de Roth un tiempo de 9:29, lo que le hizo centrase al 100% como triatleta profesional. Nina KRAFT poseía un físico brutal para este deporte de la larga distancia, donde por aquellos años en su país ya había mucha afición y empezaba a haber grandes estrellas de este deporte. Muchas de ellas, cuando Kraft ganó en Kona, y posteriormente fue desposeída de su título por dopaje, le dieron la espalda. Lo más triste es que algunos de ellos usaron las misma sustancias dopantes y tenían los mismos médicos.


La carrera deportiva de Nina Kraft está cargado de victorias Ironman, nueve son sus victorias en esta franquicia, además de sus tres pódiums en Kona, siendo segunda en 2002 y tercera en 2001 y 2003. Estas tres temporadas, donde siempre estuvo en el cajón de Kona, la alemana demostró un altísimo nivel, acompañado cada temporada de grandes mejoras en las tres disciplinas. Uno de los puntos débiles de esta Pro estaba en el segmento de ciclismo, donde en muchas ocasiones su estrategia no era la adecuada o acababa con un Penalti-Box. Aunque todo era muy positivo para esta Pro, en su interior la competición le suponía una gran presión. En su país todo el mundo esperaba la victoria, también la prensa especializada, el público y los aficionados. Además también tenía problemas en las ruedas de prensa con el inglés, ya que al dejar muy pronto los estudios en un pais donde se fomenta mucho el bilinguismo, Kraft tenía muchas carencias en esta faceta. Además Kraft ya empezaba a tener muchos problemas psicológicos que le iban mermando mentalmente. En Kona 2004, la alemana llegó y venció a lo grande sin que triatletas como Badmann o Heather Fuhr pudieran hacer nada . Un mes más tarde el positivo por EPO se hizo oficial y fue desposeida del título de vencedora del Ironman de Hawaii 2004, pasando este a Natascha Badmann. Posteriormente Nina reconoció los hechos y entró en enorme depresión y fue muy castigada por su país.





Desde ese episodio todo cambió para Nina Kraft, sus padres temieron por su vida. Ninna estaba totalmente hundida y con una sanción de dos años. En su país era practicamente odiada, por lo que decidió irse a vivir a Nueva Zelanda. Luego se trasladó a Brasil y Florida, donde con el apoyo de amigos fue empezando a coger un buen estado de forma pensado siempre en su regreso a la competición. Su vuelta a la alta competición, fue en los Campeonatos de Alemania en 2006, donde mucha gente lo tomó como una auténtica provocación, muchos profesionales no querían ni saludarle ni querer pasar por su lado para no ser fotografiados junto a ella en Boxes, cuando se estaba preparado toda la logística de la prueba. Kraft venció a lo grande, con mucha superioridad, ya que esta Pro posee un altísimo nivel.


Su reencuentro con Ironman fue de sobresaliente, logrando grandes victorias, entre ellas en Ironman Brasil y Ironman Florida. Pero fue en Ironman Louisville, donde logró tres victorias. La última en 2014, victoria que le hace ser la Pro de mayor edad en ganar un Ironman, a los 45 años, 7 meses y 45 días. Tras su retirada ese 2014, Nina vivía en Clermont hasta que nos abandonó con tan solo 51 años.

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